sábado, 26 de enero de 2013

NO ME TOQUES LAS PALMAS......QUE ME CONOZCO.


HABLANDO DE CONTROL DE ESTÍMULO:
     Cueva suele ladrar cuando oye que llaman a la puerta. ¿Es esto bueno?, ¿Es esto malo? Las correcciones de conducta que se realizan a los perros están, en su mayoría, basadas en las "necesidades" y en muchos casos caprichos de los dueños. Que un perro ladre cuando oye que viene gente o llaman a la puerta podría ser bueno si por ejemplo vives en el campo, o por el contrario muy molesto si vives en un bloque con muchos vecinos, es de noche y peor aun si los ladridos despiertan los dulces sueños de tu hijo y a partir de ahí se genera un caos en tu casa.

     Intentemos pensar como perros y no como humanos. Un perro que proviene, por ejemplo,  de un refugio con los problemas que pudiese tener en el momento de adoptarlo, llega a casa y decimos: “a este no le va a faltar de ná”. Cariños y mimos a tutiplén, grandes fiestas cuando llega gente a casa (el perro desbocado). ¡Qué alegría! Claro, uno ve que el perro mejora su actitud, se integra en el nuevo hogar, se va sintiendo seguro y en definitiva, deja de ser ese perro tímido que, en su día, nos propusimos sacar adelante con mucho cariño.

     Animamos y aumentamos la fiesta cuando alguien llama a la puerta (y venga estrés pa´l cuerpo). El perro aprende que después de timbre hay gente, caricias, mimos, comida, etc., etc., pero…. cuando por la mañana temprano llama el cartero (quizás dos veces) y el perro ladra (quizás más de dos) y te mete un susto de muerte, te despierta al niño y a media familia,  ahí la cosa cambia, ahí empezamos a pensar que el perro tiene un problema de conducta y que hay que solucionárselo, si no es que llega alguno/a y le da un cachete para enseñarle que eso no debe hacerlo. En este caso, además, el perro podría terminar neurótico: “Pero bueno! (este es el perro pensando), en esta casa, ¿qué leches está bien o está mal? Antes me hacían la fiesta por lo mismo que ahora me pegan! No entiendo nada! Y el dueño piensa entonces “este perro, lo que le pasa es que ha tenido muchos problemas en el pasado y todo esto es un problema de conducta, que como siga así…..(y aquí poned lo que queráis).

     ¡Cuánto daño ha hecho la televisión!

     Por cierto, volviendo al caso de Cueva, este problema, el cual en algunos casos podría haber devuelto el perro a la perrera,  se ha solucionado en una sola sesión. Lamentablemente no lo he grabado, pero supongo que el próximo día que la vea, intuyo que retomará su vieja costumbre de ladrar al oír el timbre, por muchas razones. En esta ocasión intentaré que no se me pase grabar la sesión. Sé que estamos en el buen camino de conseguir que controle esto totalmente, no hay nada como un dueño responsable.

jueves, 24 de enero de 2013

CÓMO CONSEGUIR QUE TU PERRO NO ACUDA A LA LLAMADA NI DE COÑA
 
    
     Bueno, después de una laboriosa investigación y de leer algún que otro libro de grandes maestros, podemos llegar a la conclusión de que, habiendo más opciones, esta que propongo es una muy buena para que tu perro no te haga ni puñetero caso cuando le llamas. 

      Tu perro ha estado todo el día metido en casa esperando tu llegada del trabajo para poder salir a dar un paseo. Te preparas y dices “a partir de hoy entrenamos la llamada”.
Una vez en el parque, sueltas a tu perro el cual se dispone a saltar, correr y olisquear.
De repente oye “Tobi, ven!!” y el perro, curiosamente, comienza a acercarse. Tu miras a tu alrededor sacando pecho, por supuesto, y diciendo “esto está chupao”. 

     Segundo intento, Tobi, muestra menos interés. Tercero, menos. Cuarto, menos. Y cuando notas que Tobi, no te hace ni puñetero caso y estás a punto de conseguir el objetivo de que no aparezca ni de coña, vas hacia él con cara de pocos amigos y le zarandeas, gritas e incluso le pones bocarriba para mostrarle quién manda aquí.

     Venga, que estamos a punto de conseguir nuestro objetivo.

     Por último quién sabe por qué, en una de estas, llamas a Tobi, y éste aparece y dices “bien” (mirando de nuevo a tu alrededor, engrandeciéndote como adiestrador) y rematas la jugada enganchándole la correa y “Pa´ casa”........excelente premio por acudir, despues de haber pasado todo el día sólo en casa.

     Con este método conseguirás otros muchos objetivos como por ejemplo, que cuando digas “Tobi, ven” el perro eche a correr en dirección contraria, pérdida de confianza, timidez, algún que otro mordisco quizás, y una gran lista de conductas tan comunes entre los perros de nuestro entorno.

     Si tu objetivo, por tanto, es que tu perro no acuda a la llamada, como te digo, hay muchos más métodos, pero éste es altamente efectivo.

     Si quieres conocer otros métodos, con otros resultados, como por ejemplo que tu perro acuda a la llamada, tenga confianza en ti, te quiera y en definitiva sea más feliz, consulta a tu adiestrador en positivo. No te arrepentirás.

domingo, 20 de enero de 2013

Atención: cómo conseguir que tu perro te dé esquinazo.

ATENCIÓN: CÓMO CONSEGUIR QUE TU PERRO TE DÉ ESQUINAZO. 


      Todos nosotros tomamos decisiones de hacer algo, hablar con aguien, comprar en una determinada tienda, etc., dependiendo del resultado de la experiencia que hayamos tenido en esa misma situación en anteriores ocasiones (condicionamiento operante), es decir, si el resultado de comprar en un determinado sitio fue bueno, lo más probable es que vol
vamos, en principio. Los perros no son muy diferentes en esto.

      Por el contrario, en numerosas ocasiones, nos toca tener que hablar con alguien, o realizar alguna otra actividad (muchas veces en el trabajo) que aunque no nos agrade mucho, el hecho de realizarla nos está librando de algún "marrón", el cual sería mucho peor que si no hubiéramos realizado dicha actividad. Esto, como todos sabemos, no significa que nos haya encantado la experiencia, ni tan siquiera que queramos volver a pasar por ella, a no ser que sea estrictamente necesario o nos fuera a suponer algún problema el hecho de "escaquearnos".

      Aplicando este mismo principio y volviendo a los perros, no estaría mal preguntarnos en cuántas ocasiones hemos intentado que nuestro perro nos haga caso con tirones, a golpe de grito, sintiéndonos (ejem) el lider de la manada, regañando, castigando (me da igual a tiempo que a destiempo), obligando a ..., etc, etc.

      Pensemos en las veces que nos hemos encontrado con algún pesado que se nos planta enfrente y nos empieza a hablar y a hablar (bla bla bla bla) y no hay manera de deshacerse de él. De repente aparece aquel vecino que, habiéndole saludado en escasas ocasiones y a veces incluso sin habernos dado cuenta de que nos habíamos cruzado con él, en esta situación le saludamos como si de un amigo de toda la vida se tratase. Bien, hemos conseguido deshacernos del "pesado" pero pronostico que la conversación con el vecino no durará más de 30 segundos, en cuanto el otro se haya dado la vuelta. Atención: a esto lo llamaremos ESCAPE. El vecino no era una gran opción pero sí mejor que la que teníamos.


      Si mañana viéramos pasar por la calle al nuestro amigo el "pesado" lo más probable es que intentaríamos hacer como que hablamos por teléfono, nos cruzaríamos de acera o algo parecido. Atención: a esto lo llamaremos EVITACIÓN.
      En muchas ocasiones hemos visto alardear a dueños de perros de lo mucho que sus amigos canes les obedecen (ufff, que término) y además justifican y ratifican sus métodos utilizados por la fuerza, con castigos, imponiéndose como buen lider de la manada (ejem ejem). Dudo mucho que el perro lo haga con una buena motivacion, contento o con ganas de colaborar con su dueño. Lo más probable es que el perro haya aprendido que no le mereció la pena pasar de nuevo por un determinado castigo del que intentó ESCAPAR en alguna ocasión y por tanto ahora lo esté EVITANDO aunque tenga que aguantar las órdenes del PESADO de su dueño. Debe ser que a este dueño nunca le enseñaron a pedir las cosas, a seducir a aquel que tiene delante o quizás, su jefe siempre le hizo trabajar bajo amenaza de ser amonestado o despedido y claro, quiso aplicar la misma técnica con su perro.

      Reflexionemos sobre esta situación para nuestros perros y por qué no, para nosotros mismos. De nuevo, si no sabes cómo hacer que tu perro conviva contigo en armonía, consulta a un adiestrador profesional en positivo.

A ver si nos entendemos.....

   A ver si nos entendemos... 

 
 
      Si decides adiestrar a tu perro, piensa que la mayor parte del trabajo, si no todo, lo tendrás que hacer tú mismo.
 
      Cuando adiestras a tu perro creas un código de comunicación (lenguaje) por medio del cual ambas partes saben qué y cómo deben de hacerse las cosas para que la relación sea muy buena. Ambos conocen los límites y ambos se sienten seguros de conocerlos. También ambos tienen la opción y las herramientas para ir más allá, si quisieran. Nadie da ni recibe órdenes. Nadie obliga ni se siente obligado. Nadie castiga ni se siente castigado. Y muy importante, nadie domina ni se siente dominado


     Adiestrar a tu perro es mucho, repito, mucho más que enseñar a tu perro a sentarse, tumbarse, acudir a la llamada, permanecer quieto y caminar junto a ti, incluso cuando sólo sepa hacer estas conductas, lo cual no es poco.
 
     Un adiestramiento responsable y en positivo, convierte a dos seres de diferente especie en un equipo perfectamente compenetrado en donde no existen las dudas ya que, éstas se saben resolver o se cuenta con el otro para trabajar en equipo y así, resolverlas.

     Cuando un propietario descubre todo esto y se da cuenta de que el adiestramiento es mucho más que realizar algunas conductas para sacar pecho con los colegas o demostrar que domina a su perro, empieza a disfrutar de éste a un nivel que jamás se hubiera imaginado.

     Espero que pronto decidas conocer ese código de comunicación, ya que tu perro está deseándolo.

viernes, 11 de enero de 2013

No todo va a ser salchichas.

NO TODO VA A SER SALCHICHAS 



     Normalmente nos olvidamos de que, para nuestro perro al igual que para nosotros mismos, muchas acciones, actividades o conductas que en un principio pueden parecernos poco interesantes y aburridas, pueden convertirse en algo que nos llame la atención e incluso pongamos interés en realizarlas si como recompensa obtenemos la posibilidad de poder realizar otra actividad... que sea mucho más interesante para nosotros. 
 

     Seguro os suena esto: “si te comes las sopa, puedes ver la tele” o “si estudias matemáticas, puedes jugar un rato con la consola”. El refuerzo o premio, en estos casos, no es otra cosa que otra acción y no un regalo (salchicha en el caso de los perros).

     Pensemos ahora en todas las cosas que le gusta hacer a nuestro perro: jugar a la pelota, perseguir gatos, oler, salir por la puerta de casa a la calle, saludar, correr, etc. Cada uno de nosotros conoce bien cuáles son sus preferidas. Bien, todas esas conductas, utilizadas de un modo correcto como premio, nos pueden servir para conseguir que nuestro perro nos haga más caso cuando lo necesitamos. También conseguiremos que tenga más control sobre los estímulos más excitantes para él ya que sabrá que no por insistir, tirar de la correa, etc., los conseguirá sino que será por controlar su impulsividad y realizar otra conducta que igual no es la preferida en ese momento (para él) pero sí probablemente de vital importancia para nosotros. Ej. Pedirle quieto, o sentado en una situación de peligro. Con el correcto entrenamiento, el perro entenderá que para poder ir a saludar a otro perro, deberá pasar por la antesala de hacer caso a su dueño, lo cual se convertirá con el tiempo en algo muy motivador ya que terminará previendo lo que viene después, el saludo tan esperado.
 
     Finalmente, reflexionemos sobre la diferencia entre estos dos supuestos:
  1. “Como no te comas la sopa, no hay tele”
  2. “Si te comes la sopa, hay tele”

     "Estéticamente", el resultado parece ser el mismo, es decir, si no supiéramos cuál de estas dos frases se ha utilizado para motivar y vemos al niño que se come la sopa y luego ve la tele diríamos que la técnica ha sido correcta. Pero si supiéramos que la utilizada fue la opción primera, entenderíamos por qué el niño se comió la sopa tan enfadado y es que, no se le ofreció sino que a priori se le planteó el castigo sin tele si continuaba con la situación, también negativa y desagradable, de tenerse que comer la sopa. Parecía lo mismo, pero ya se ve claramente que no lo es.

     La línea entre premio y castigo es tan fina como la queramos hacer los humanos con nuestra capacidad de abstracción. Afortunadamente o no, los perros no tienen esta capacidad, con lo cual, no construyamos castigo donde hay premio ni premio donde hay castigo.

     Siempre puedes consultar a tu adiestrador canino para que te ayude en esto.